mario benedetti

Mario Benedetti (Si Dios fuera mujer)

lunes, 16 de febrero de 2009

Cesar Vallejo. El canto del hombre por el hombre


Dedicado a los desesperados. Los que amo. Los que alumbran. Los que no se conforman con el orden del mundo.

Cesar Vallejo nació en marzo de 1892 («Yo nací un día en que Dios estuvo enfermo») en Santiago de Chuco, Trujillo, Perú. De sangre española e india. Moriría en París en 1938, convertido ya, por derecho propio, en el más grande poeta latinoamericano.

«Me moriré en París con aguacero,/ un día del cual tengo ya el recuerdo./
Me moriré en París - y no me corro-/ tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.»

(«Mi amargura cae Jueves»— escribió en otra oportunidad...).

Cesar Abraham Vallejo, el menor de doce hermanos. (A los cuatro primeros se los llamaba «los viejos», a los cuatro siguientes «los mayores» y a los cuatro últimos «los pequeños»). Uno de «los pequeños» fue inmortalizado, tras su pérdida, en el poema «A Miguel»:

«Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa, / donde nos haces una falta sin fondo! / Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá / nos acariciaba: "Pero hijos..." »

A los 26 años, César Vallejo publica «Los heraldos negros»:

« Hasta cuándo estaremos esperando lo que/ no se nos debe... »
«Y cuándo nos veremos con los demás, al borde/ de una mañana eterna, desayunados todos!»

El apasionado Vallejo que está a punto de usar un arma de fuego en una disputa amorosa.

«Amada, en esta noche tú te has crucificado/ sobre los dos maderos curvados de mi beso;/ y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,/y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.»

En 1920 es encarcelado durante 112 días. Allí escribirá muchos de los poemas que integrarán su revolucionario poemario «Trilce».

Viaja a París.
Trata a Picasso, al gran poeta chileno Vicente Huidobro y a los surrealistas.

CÉSAR VALLEJO SOBRE HUIDOBRO Y LAS VANGUARDIAS:
«Citar el creacionismo de Vicente Huidobro, interpretación del pensamiento. No copia la vida, sino que la transforma, Huidobro; pero la transforma viciándola, falseándola. Es educar a un niño malo para hacerlo bueno, pero al transformarlo, se llega a hacer de él de un muñeco de lana con dos cabezas o con rabo de mono, etc. Esto hacen todas las escuelas artísticas: surrealismo, etc. »

Su revolucionario giro del lenguaje tiene el pulso del siglo tanto como el de su pueblo:

«Una nueva poética: transportar al poema la estética de Picasso. Es decir: no atender sino a las bellezas estrictamente poéticas, sin lógica, ni coherencia, ni razón. Como cuando Picasso pinta a un hombre y por razones de armonía de líneas o de colores, en vez de hacerle una nariz, hace en su lugar una caja o una escalera o vaso o naranja.»

«Barroco industrial» definió el ensayista Jean Cassou. Tal la operación de lenguaje que realiza en Trilce.

«Vallejo es el inaugurador de una actitud de terrorismo poético sobre la lengua española (en su poesía, cuando aparece la lengua ordinaria, tiene el carácter de cita)» escribe Enrique Ballón. Pronto, al gesto poético inaugural de Vallejo, siguiendo las vanguardias del siglo, vendrían las operaciones de lenguaje de Vicente Huidobro y Oliverio Girondo.

«He almorzado solo ahora, y no he tenido/ madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua, / ni padre que en el facundo ofertorio/ de los choclos, pregunte para su tardanza/ de imagen, por los broches mayores del sonido. »
(XXVIII, Trilce)



APUNTES DE CÉSAR VALLEJO
«Yo quiero que mi vida caiga por igual sobre todas y cada una de las cifras(44 kilos) de mi peso.»
«...Y lábrase la raza en mi palabra...» verso de Nostalgias Imperiales, una de las partes en que divide «Los heraldos negros».

«¿Quizá el tono indoamericano en el estilo y en el alma?»
«¡Cuidado con la substancia humana de la poesía!»
«Descomposición o vivisección del proceso de creación de un poema.»
«Lorca es andaluz ¿Por qué no tengo yo el derecho de ser peruano? ¿Para que me digan que no me comprenden en España? Y yo, un austríaco o un inglés, comprendemos los giros castizos de Lorca y compañía.»




IMÁGENES. ANÉCDOTAS. Vallejo diciendo que Rubén Darío «es su padre» (lo que da una idea de la importancia del legado modernista del gran nicaragüense). Vallejo recitando borracho en Humahuaco y gritándole al auditorio «Yo voy a ser más grande que Rubén Darío. »

«No es poeta el que hoy pasa insensible a la tragedia obrera. Paul Valery, Maeterlicnk no lo son.»

Vallejo en París:
Desde 1929 convive con Georgette Vallejo.
El poeta peruano, como periodista, tiene entrada a los teatros, conciertos, exposiciones, y frecuenta los cafés en boga. En el primer semestre de 1927 exclama:
«Todo esto no es ni yo ni mi vida».

Eternamente inconformista, polemiza con surrealistas, imaginistas y marxistas. «Mi dilema es el de todos los días: o me vendo o me arruino» escribe en una carta.

«Mi padre duerme. Su semblante augusto/ figura un apacible corazón/ ahora está tan dulce/ Si hay algo en él de amargo, seré yo.»

El poeta de Trujillo, el canto del hombre por el hombre.

«Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar sino para que empiece a nevar.»

Viaja a la Rusia stalinista, a la España de la guerra civil.

Con aliento pre existencialista en versos como:
«Haber nacido para vivir de nuestra muerte» o «Murió mi eternidad y estoy velándola. »



El arte poética de Vallejo debe ser inseparable de la vida. Reivindica poetas tan disimiles como Whitman y Rimbaud, tal vez porque ambos están unidos por diferentes acciones vitales o vitalistas que los aleja de los escritorios. Critica severamente a los escritores burgueses, de proezas metafóricas y vida cómoda. Elogia a Apollinaire y , según se cuenta, visita seguido la casa donde vivió Mallarmé. Embiste contra Gabriela Mistral y Pablo Neruda. Polemiza con quien tal vez sea el otro gran poeta latinoamericano: el chileno Vicente Huidobro.

En la poesía de Cesar Vallejo tiembla Latinoamérica toda, con dimensiones de Universalidad.


«Hoy me gusta la vida mucho menos, /pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.»


«Un hombre pasa con un pan al hombro/ ¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?
Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza/ ¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?»
«...jamás tan cerca arremetió lo lejos...», en palabras del poeta.

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